martes, 11 de agosto de 2015

PRINCESA DE PÚAS

Princesa de Púas






Sentada en su trono,
 su  corazón recosido
masca   tranquilidad
como si fuera chicle.
Se olvidó,
de que fuera existe un jardín.
(Que hoy está helado
 y vacío de voces. Las nuestras.)
El tocadiscos está mudo.
Se escondieron de ella
todas canciones.
( Yo fui la cara B de aquél vinilo,
que temía escuchar.)
Ella sigue allí.
Devorando y devorada
por la resignación.
Sus ojos son la patria 
de mil nubes que se niegan a llover.
A la Princesa de puás
se le olvidó caminar,
y se derrama en el suelo
del salón de su palacio de invierno.
Como un perfume inolvidable,
Como  la orilla de aquél peligro que fué.
Me apagué intentando ser su luz.
Y  ahora estoy tan lejos
que  no puedo oírla gritarme que vuelva.
Y a ratos estalla en mí
un frio  cruel y perfecto.
Me parezco tanto a ella,
que ella puedo ser yo.

MaLnaik

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