Princesa de Púas
Sentada en su trono,
su corazón recosido
masca tranquilidad
como si fuera chicle.
Se olvidó,
de que fuera existe un jardín.
(Que hoy está helado
y vacío de voces. Las nuestras.)
El tocadiscos está mudo.
Se escondieron de ella
todas canciones.
( Yo fui la cara B de aquél vinilo,
que temía escuchar.)
Ella sigue allí.
Devorando y devorada
por la resignación.
Sus ojos son la patria
de mil nubes que se niegan a llover.
A la Princesa de puás
se le olvidó caminar,
y se derrama en el suelo
del salón de su palacio de invierno.
Como un perfume inolvidable,
Como la orilla de aquél peligro que fué.
Me apagué intentando ser su luz.
Y ahora estoy tan lejosque no puedo oírla gritarme que vuelva.
Y a ratos estalla en mí
un frio cruel y perfecto.
Me parezco tanto a ella,
que ella puedo ser yo.MaLnaik
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