Alas en mi espalda
Había mucho ruido.
No sabía qué decirte.
Quizá por eso te besé.
Al hacerlo,
los dedos de mi mano derecha
dibujaban una sonrisa,
en la pared en la que apoyamos
nuestros cuerpos convertidos en sorpresa.
Si.
Nos besamos.
La isla que eras tu,
no podía evitar el dejar de mirarse
en los ojos de un naufragio
tan entusiasta.
Y de repente me nacieron alas en la espalda.
Porque el sabor de tu lengua me bailaba por dentro,
y despertó a la niña que dormía.
La sonrisa que dibujé en aquella pared,
esta noche se balancea en mi boca.
Se que cielos y abismos,
desgarrarán mis alas, recién nacidas.
Pero te volvería a besar.
¡Lo haría!
MaLnaik
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