Sin pensar.
Sin dolor.
Sin temor,
con el que conjugar
verbos amables
que se arrancaron
como pétalos
destinados a morir
en una tristeza
violenta.
Sin temor,
con el que conjugar
verbos crueles
invocados
por los dedos de un
miedo
que se extiende sobre si mismo
a lo largo de un pasillo
sin puertas.
Sin temor,
a que mis pasos
desistan
de mantener un equilibrio
que como humo
se adhiere al suelo
y a la pared.
Silencio,
que es impermeable
a cualquier cambio
que haga girar
cada una de las esquinas
de mis dos dimensiones.
Un momento jugando
en los dedos
de quien me piense.
Soy una foto
MaLnaik
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