lunes, 2 de mayo de 2016

IDIOTA


Idiota.
Palabra que utilicé  en singular. Aunque la contundencia del susurro con el que la pronuncié, nos señaló a las dos con el dedo.  ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que pagué las consumiciones y salí del bar , quedándote allí, sentada en la mesa?, ¿Cinco minutos?, ¿Diez? ,¿Qué gesto hiciste?, ¿Qué me dijiste?.
No estoy en condiciones de recordar la gota final. Ya se verá en un futuro cuáles fueron los daños ocasionados por el rio desbordado. Me fui sin girar la cabeza. 

Idiota.
Y no fue una escena programada, sino  el final de una historia de meses. La velocidad que llevan mis pies no es capaz de ahondar en detalles. Me gustaste, e intenté gustarte. 
Encuentros fortuitos en la  sección de librería en el Corte Inglés, y un amplio arsenal de estrategias me permitieron conocerte.
Y que me conocieras, también.
Tretas y tácticas que desde hoy formaran parte de mi museo particular de despropósitos, cuya sala infinita parece que nunca se llena.

Idiota.
Exabrupto en singular que nos rodea  antes de abrazarnos. A las dos.
-Me siento hablando contigo como si te conociera toda la vida.
-Pero-,.. Si es encantadora, comentabas a mis amigas que se hicieron comunes. (Lo que ellas me carcajeaban, a lo que yo respondía con mi silencio. ¿Para qué explicar que aparte de comer con los dedos se correctamente usar todo tipo de cuchillos y tenedor?).

Idiota.
La velocidad de mis pies me impide precisar bondades y maldades de quien dejó en ti, el hueco que yo aspiraba a rellenar dándole mi nombre.
La velocidad de mis pies me incita a reconocer en mí, la terrible verdad de que a estas alturas de mi vida posiblemente el querer lo que no se puede tener, me define.
Y mi febril necesidad de dibujar en la cara de una mujer bonita y triste una sonrisa, me subraya.

Idiota.
-Contigo me siento como en casa. (... ).
Pues por falta de mantenimiento, se te ha caído el techo encima. No me he quedado para ver cómo logras salir de los escombros.

Idiota.
Culpa las dos.
Yo por intentar. Y tú, por saberlo. 

 Idiota.
Mañana, cuando la memoria afile el recuerdo que haya podido quedar en ti, si ha sido bueno, posiblemente te arriesgarás y querrás saber de mí. Y yo pegaré la espalda a la pared, procurando que tu interés no me roce.
Perdóname, mi alma está cosida de calles que no van a ninguna parte.

Idiota.
Acabo de llegar a la parada, y el autobús llega. Una ambulancia pasa con la sirena encendida, el autobús responde con un bocinazo y la vieja que está a mi lado esperando se tira un pedo sonoro y rotundo, sin vergüenza alguna.
La vida es necesario a veces que sea así. Puro grito. Prohibido el modo sordina en los tambores.
Decido volver a mi casa andando. Mis sentidos están desbocados y no pueden viajar sentados. El teléfono suena en el bolso. No lo pienso coger. 




Goodnight to night.




MaLnaik